Cuentacuentos – Articulo 16

Con el paso del tiempo, la figura del cuentacuentos ha experimentado un crecimiento exponencial, resurgiendo un interés por la narración oral y las historias que nos hacen viajar a través de la imaginación y la escucha. Si bien este crecimiento en la producción de espectáculos de cuentacuentos está ligado al ámbito educativo. En una línea de evolución histórica, el arte del cuentacuento es entendido, generalmente, como un arte teatral menor. Es innegable que, dentro de nuestra cultura, toda persona ha tenido algún tipo de encuentro y cercanía con los cuentos. Desde pequeños se nos familiariza con ellos, ya sea cuando nuestros padres nos relataban un cuento antes de dormir, o cuando durante la etapa pre – escolar o escolar eran material formativo con el objetivo de entregarnos alguna moraleja o enseñanza. El cuentacuentos, que es ser un narrador activo, genera un aporte creativo y un grado de autoría en lo que se está relatando, debido a que a través de él y la visión que quiera entregar y provocar en el espectador es que el cuento, a través de la oralidad, se va a ir adaptando y transformando, cambiando a otra época, modificando lugares, personajes, entre otros, transmitiendo así desde su emocionalidad y sus propias experiencias personales. A partir de ello, se cataloga el fenómeno del cuentacuentos como una obra de arte. Dentro de las habilidades de esta práctica teatral, encontramos que ayudan a desarrollar la capacidad de escucha, una escucha que será activa, analítica, reflexiva, creativa y apreciativa de lo que se está contando. Asimismo, ayuda a desarrollar la imaginación de manera inagotable, pues el narrador a través de gestos, descripciones y su mirada logra llevar a quien lo escucha al lugar de los acontecimientos relatados. Fomenta el gusto por la lectura y por la literatura. Pero una de las más importantes y trascendentes, es que desarrolla un pensamiento crítico-reflexivo, ya que a partir de las historias y sus personajes se ven reflejadas conductas sociales que incorporan y analizan a medida que van escuchando el cuento. Se puede definir la técnica del cuentacuentos como un arte, debido a que gracias a las elecciones que hace el narrador, el cuento va a cobrar vida generando, a través de la palabra y la gestualidad corporal, imágenes en el espectador que contienen un alto grado de belleza artística, dada la búsqueda de la relación forma-contenido.

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